miércoles

Charlie Parker

Charlie Parker
caricatura de
John Taylor


Eduardo Galeano

Eduardo Galeano


Ojalá seamos dignos de la desesperada esperanza.

Ojalá podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar juntos, porque de nada sirve un diente fuera de la boca, ni un dedo fuera de la mano.

Ojalá podamos ser desobedientes, cada vez que recibimos órdenes que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común.
Ojalá podamos merecer que nos llamen locos, como han sido llamadas locas las Madres de Plaza de Mayo, por cometer la locura de negarnos a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.

Ojalá podamos ser tan porfiados para seguir creyendo, contra toda evidencia, que la condición humana vale la pena, porque hemos sido mal hechos, pero no estamos terminados.

Ojalá podamos ser capaces de seguir caminando los caminos del viento, a pesar de las caídas y las traiciones y las derrotas, porque la historia continúa, más allá de nosotros, y cuando ella dice adiós, está diciendo: hasta luego.

Ojalá podamos mantener viva la certeza de que es posible ser compatriota y contemporáneo de todo aquel que viva animado por la voluntad de justicia y la voluntad de belleza, nazca donde nazca y viva cuando viva, porque no tienen fronteras los mapas del alma ni del tiempo.

Eduardo Galeano

 

Un mensaje para el 2011


Cortesía de Accedere



Tita Merello

Tita Merello



El choclo
Tango - 1947
Música: Ángel Villoldo
Letra: Enrique Santos Discépolo


Con este tango que es burlón y compadrito
se ató dos alas la ambición de mi suburbio;
con este tango nació el tango, y como un grito
salió del sórdido barrial buscando el cielo;
conjuro extraño de un amor hecho cadencia
que abrió caminos sin más ley que la esperanza,
mezcla de rabia, de dolor, de fe, de ausencia
llorando en la inocencia de un ritmo juguetón.

Por tu milagro de notas agoreras
nacieron, sin pensarlo, las paicas y las grelas,
luna de charcos, canyengue en las caderas
y un ansia fiera en la manera de querer...

Al evocarte, tango querido,
siento que tiemblan las baldosas de un bailongo
y oigo el rezongo de mi pasado...
Hoy, que no tengo más a mi madre,
siento que llega en punta 'e pie para besarme
cuando tu canto nace al son de un bandoneón.

Carancanfunfa se hizo al mar con tu bandera
y en un pernó mezcló a París con Puente Alsina.
Triste compadre del gavión y de la mina
y hasta comadre del bacán y la pebeta.
Por vos shusheta, cana, reo y mishiadura
se hicieron voces al nacer con tu destino...
¡Misa de faldas, querosén, tajo y cuchillo,
que ardió en los conventillos y ardió en mi corazón.


Ernesto Sabato

Siempre es fácil profetizar el pasado.
(...)
Ya que cuando enjuiciamos nuestra propia existencia inevitablemente ponemos en juicio a la humanidad entera. Aunque también podría decirse que cuando empezamos a juzgar a la humanidad entera es porque en realidad estamos escrutando el fondo de nuestra propia conciencia.



Ernesto Sabato


Leopoldo Marechal

- Aristóteles enseña que la risa es algo propio del hombre  (...). Usted se ríe; luego, usted es un hombre. Hizo bien en reír, pues de otro modo no nos hubiéramos dado cuenta.

(Tomado de su novela Adán Buenosayres)


Leopoldo Marechal


Macedonio Fernández


El mundo es un almismo ayoico.


Macedonio Fernández


Helvio I. Botana

Entre el sueño y la realidad, entre la imaginación y lo concreto encuentro diferencias pero no una disparidad excluyente. Esto lo pueden explicar quienes piensan en idiomas en los que los verbos ser y estar se encuentran separados.

Mientras que en las lenguas primarias como el inglés con su "to be", o el alemán con su "Das Sein", los verbos ser y estar están amalgamados provocando angustias en los shakespereanos donde el monólogo de Hamlet, el "ser o no ser, tal es la cuestión" se convierte en nuestro maravilloso español en un "ser y no estar, o estar y no ser, tal es la cuestión".

Y el pobre de Heidegger, que con sus galimatías en torno al Das Sein, no pudo advertir que no era más que un estéril esfuerzo de conjugación de verbos.

Nadie es asesino ni ladrón, ni estafador, simplemente "está" y como todo lo que "está", está transitoriamente.

Y volviendo a los sueños, allí donde somos más cerca del ser que en vigilia, donde siempre se suele estar.

Conjuguemos la vida, siendo y estando, soñando y actuando.

Helvio I. Botana


Portada de su libro
Memorias
Tras los dientes del perro,
1977,
A. PEÑA LILLO EDITOR S.A.,
del que se ha tomado
este fragmento.


Antonio Machado

LA PRIMAVERA
Más fuerte que la guerra —espanto y grima
cuando con torpe vuelo de avutarda
el ominoso trimotor se encima,
y sobre el vano techo se retarda,
hoy tu alegre zalema el campo anima,
tu claro verde el chopo en yemas guarda.
Fundida irá la nieve de la cima
al hielo rojo de la tierra parda.
Mientras retumba el monte, el mar humea,
da la sirena el lúgubre alarido,
y en el azul el avión platea,
¡cuán agudo se filtra hasta mi oído,
niña inmortal, infatigable dea,
el agrio son de tu rabel florido!

Antonio Machado


Nikolai Rimsky-Korsakov & Herbert von Karajan

Nikolai Rimsky-Korsakov:

Scheherazade, Symphonic Suite, Opus 35. (1/6)
I. The Sea and Sinbads Ship

Conductor: Herbert von Karajan
Orchestra: Berlin Philharmoniker


Dante Alighieri

Dedicado a Beatrice:

"Da una dulzura al corazón que no puede entenderla quien no la prueba"

Dante Alighieri


sábado

José Saramago


José Saramago

en la inexpresable
soledad
de la muerte

Tomado de su novela El evangelio según Jesucristo.


jueves

Alejandra Pizarnik

... el regreso
es una operación casi quirúrgica
en donde en vez de ser amputado 
uno es injertado de entrañas
y antiguas ramas
con las cuales no sabe moverse,
y se pasea por las calles
como por antiguas fotos
de las cuales se han perdido los datos...

Alejandra Pizarnik



lunes

Gazeta de Buenos Ayres




Pocos días después de la Revolución de Mayo de 1810, cuyo Bicentenario la República Argentina ha conmemorado el pasado 25 de Mayo, el estadista, abogado, ecritor y periodista Mariano Moreno fundó el semanario Gazeta de Buenos Ayres primer periódico de la Patria Argentina.

El primer número, cuya portada reproducimos más arriba, apareció el 7 de junio de 1810: hoy se conmemora el Bicentenario de su publicación que se mantuvo hasta 1821, con la colaboración de próceres como Manuel Belgrano, Bernardo de Monteagudo, y Juan José Castelli, por citar sólo tres.



Mariano Moreno


Resulta interesante destacar el espíritu que animó esta primera experiencia de prensa argentina: en su portada se lee la siguiente cita del historiador romano Tácito:

"Rara temporum felicitate,

ubi sentire quae velis,

et quae sentias dicere licet"

 

Publio Cornelio Tácito

 

"La rara felicidad de los tiempos
en los que pensar lo que quieras
y decir lo que piensas
está permitido".


Umberto Eco

Imagen de Chema Madoz 


 A menudo, un modo de comprender los conceptos filosóficos es volver al sentido común de los diccionarios. En alemán encuentro que los sinónimos de "irracional" son: unsinning, unlogisch, unvernünftig, sinnlos; en inglés son: senseless, absurd, nonsensical, incoherent, delirious, farfetched, inconsequential, disconnected, illogic, exorbitant, extravagant, skimble-skamble. Esto significados parecen demasiado o demasiado poco para definir puntos de vista filosóficos respetables.

Sin embargo, todos estos términos indican algo más allá de un límite establecido por un estándar. Uno de los antónimos de unreasonableness [irracionalidad] es (según el Roget's Thesaurus) moderateness [moderación]. Ser moderado significa estar dentro del modus; es decir, dentro de los límites y la mesura. La palabra nos recuerda dos reglas que hemos heredado de las antiguas civilizaciones griega y latina; el principio lógico del modus ponens* y el principio ético formulado por Horacio: est modus in rebus, sunt certi denique fines quos ultra citraque nequit consistere rectum** (1).

* modo que afirmando afirma
** hay una justa medida en las cosas, que son justos límites, más acá o más allá de los cuales, no puede subsistir la cosa justa

(1) Horacio, Sátiras, I, 1, 106-7


Humberto Eco

Fragmento de su libro 
Interpretación y sobre interpretación, 1. Interpretación e historia.



sábado

Jorge Luis Borges & Adolfo Bioy Casares


Jorge Luis Borges & Adolfo Bioy Casares

Se me apareció y me dijo: "Viva como quiera. No haga méritos, porque a lo mejor el tiro le sale por la culata. Conformarlo, saber lo que le gusta, es una presuntuosa puerilidad. Sin amargura lo confieso: a Dios ni el Diablo lo entiende". Cuando partió me pregunté si en el otro mundo habrá alcanzado la sabiduría o si no había cambiado y era el mismo tonto de siempre.


El Falso Swedenborg
Ensueños
1873


Extraído de Camino de la perfección en el Libro del cielo y del infierno, Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares

(Posteado por R.S.B.)


viernes

Elis Regina


No tengo tiempo de desplegar otra bandera que no sea la de la comprensión, del encuentro y del entendimiento entre las personas...


Elis Regina

Marie Curie

Nada en la vida debe ser temido,
solamente comprendido.
Ahora es el momento
de comprender más
para temer menos.




miércoles

Italo Calvino

A propósito de
su novela
Si una noche de invierno un viajero
1983
Traducción de Esther Benítez


Lo que más me gustaría en el mundo es hacer girar los relojes al revés.


Estoy mirando desde afuera la vida de una noche cualquiera en una pequeña ciudad cualquiera, y me doy cuenta de que estoy al margen de las noches cualesquiera por quién sabe cuánto tiempo, y pienso en miles de ciudades como ésta, en cientos de miles de locales iluminados donde a esta hora la gente deja que descienda la oscuridad de la noche, y no tiene en la cabeza ninguno de los pensamientos que tengo yo, a lo mejor tendrá otros que no son nada envidiables, pero en este momento estaría dispuesto a cambiarme por cualquiera de ellos.


...todo mezclado en un único olor que es el de la espera, el olor de las cabinas telefónicas cuando sólo queda recuperar las fichas, porque el número llamado no da señales de vida.


Yo soy el hombre que va y viene entre el bar y la cabina telefónica.


...la dimensión del tiempo se ha hecho pedazos, no podemos vivir o pensar sino fragmento de metralla del tiempo que se alejan cada cual de acuerdo a su trayectoria y al punto desaparecen.


...los Libros Leídos Hace Tanto Tiempo Que Sería Hora de Releerlos y los Libros Que Has Fingido Siempre Haber Leído Mientras Que Ya Sería Hora De Que Te Decidieses A Leerlos De Veras.


Tú sabes que lo mejor que uno puede esperar es evitar lo peor.



Italo Calvino



La selección es cortesía de Ricardo.

Eugène Ionesco

Se puede demostrar que el progreso social está mucho mejor con azúcar.


Eugène Ionesco

La cantante calva, 1954


domingo

Frank Sinatra

Frank Sinatra


Virginia Woolf

El cuarteto de cuerdas


Bueno, aquí estamos, y si lanzas una ojeada a la estancia, advertirás que el ferrocarril subterráneo y los tranvías y los autobuses, y no pocos automóviles privados, e, incluso me atrevería a decir, landos con caballos bayos, han estado trabajando para esta reunión, trazando líneas de un extremo de Londres al otro. Sin embargo, comienzo a albergar dudas...

Sobre si es verdad, tal como dicen, que la Calle Regent está floreciente, y que el Tratado se ha firmado, y que el tiempo no es frío si tenemos en cuenta la estación, e incluso que a este precio ya no se consiguen departamentos, y que el peor momento de la gripe ha pasado; si pienso en que he olvidado escribir con referencia a la gotera de la despensa, y que me dejé un guante en el tren; si los vínculos de sangre me obligan, inclinándome al frente, a aceptar cordialmente la mano que quizá me ofrecen dubitativamente...

-¡Siete años sin vernos!


-La última vez fue en Venecia.


-¿Y dónde vives ahora?

 -Bueno, es verdad que prefiero que sea a última hora de la tarde, si no es pedir demasiado...

-¡Pero yo te he reconocido al instante!

-La guerra representó una interrupción...

Si la mente está siendo atravesada por semejantes dardos, y debido a que la sociedad humana así lo impone, tan pronto uno de ellos ha sido lanzado, ya hay otro en camino; si esto engendra calor, y además han encendido la luz eléctrica; si decir una cosa deja detrás, en tantos casos, la necesidad de mejorar y revisar, provocando además arrepentimientos, placeres, vanidades y deseos; si todos los hechos a que me he referido, y los sombreros, y las pieles sobre los hombros, y los fracs de los caballeros, y las agujas de corbata con perla, es lo que surge a la superficie, ¿qué posibilidades tenemos?

¿De qué? Cada minuto se hace más difícil decir por qué, a pesar de todo, estoy sentada aquí creyendo que no puedo decir qué, y ni siquiera recordar la última vez que ocurrió.

-¿Viste la procesión?

-El rey me pareció frío.

-No, no, no. Pero, ¿qué decías?

-Que ha comprado una casa en Malmesbury.

-¡Vaya suerte encontrarla!

Contrariamente, tengo la fuerte impresión de que esa mujer, sea quien fuere, ha tenido muy mala suerte, ya que todo es cuestión de departamentos y de sombreros y de gaviotas, o así parece ser, para este centenar de personas aquí sentadas, bien vestidas, encerradas entre paredes, con pieles, repletas, y conste que de nada puedo alardear por cuanto también yo estoy pasivamente sentada en una dorada silla, limitándome a dar vueltas y revueltas a un recuerdo enterrado, tal como todos hacemos, por cuanto hay indicios, si no me equivoco, de que todos estamos recordando algo, buscando algo furtivamente. ¿Por qué inquietarse? ¿Por qué tanta ansiedad acerca de la parte de los mantos correspondiente al asiento; y de los guantes, si abrochar o desabrochar? Y mira ahora esa anciana cara, sobre el fondo del oscuro lienzo, hace un momento cortés y sonrosada; ahora taciturna y triste, cual ensombrecida. ¿Ha sido el sonido del segundo violín, siendo afinado en la antesala? Ahí vienen. Cuatro negras figuras, con sus instrumentos, y se sientan de cara a los blancos rectángulos bajo el chorro de luz; sitúan los extremos de sus arcos sobre el atril; con un simultáneo movimiento los levantan; los colocan suavemente en posición, y, mirando al intérprete situado ante él, el primer violín cuenta uno, dos, tres... ¡Floreo, fuente, florecer, estallido! El peral en lo alto de la montaña. Chorros de fuente; gotas descienden. Pero las aguas del Ródano se deslizan rápidas y hondas, corren bajo los arcos, y arrastran las hojas caídas al agua, llevándose las sombras sobre el pez de plata, el pez moteado es arrastrado hacia abajo por las veloces aguas, y ahora impulsado en este remanso donde -es difícil esto- se aglomeran los peces, todos en un remanso; saltando, salpicando, arañando con sus agudas aletas; y tal es el hervor de la corriente que los amarillos guijarros se revuelven y dan vueltas, vueltas, vueltas, vueltas -ahora liberados-, y van veloces corriente abajo e incluso, sin que se sepa cómo, ascienden formando exquisitas espirales en el aire; se curvan como delgadas cortezas bajo la copa de un plátano; y suben, suben... ¡Cuán bella es la bondad de aquellos que, con paso leve, pasan sonriendo por el mundo! ¡Y también en las viejas pescaderas alegres, en cuclillas bajo arcos, viejas obscenas, que ríen tan profundamente y se estremecen y balancean, al andar, de un lado para otro, ju, ja!

-Mozart de los primeros tiempos, claro está...

-Pero la melodía, como todas estas melodías, produce desesperación, quiero decir esperanza. ¿Qué quiero decir? ¡Esto es lo peor de la música! Quiero bailar, reír, comer pasteles de color de rosa, beber vino leve y con mordiente. O, ahora, un cuento indecente... me gustaría. A medida que una entra en años, le gusta más la indecencia. ¡Ja, ja! Me río. ¿De qué? No has dicho nada, ni tampoco el anciano caballero de enfrente. Pero supongamos, supongamos... ¡Silencio!

El melancólico río nos arrastra. Cuando la luna sale por entre las lánguidas ramas del sauce, veo tu cara, oigo tu voz, y el canto del pájaro cuando pasamos junto al mimbral. ¿Qué murmuras? Pena, pena. Alegría, alegría. Entretejidos, como juncos a la luz de la luna. Entretejidos, sin que se puedan destejer, entremezclados, atados con el dolor, liados con la pena, ¡choque!

La barca se hunde. Alzándose, las figuras ascienden, pero ahora, delgadas como hojas, afilándose hasta convertirse en un tenebroso espectro que, coronado de fuego, extrae de mi corazón sus mellizas pasiones. Para mí canta, abre mi pena, ablanda la compasión, inunda de amor el mundo sin sol, y tampoco, al cesar, cede en ternura, sino que hábil y sutilmente va tejiendo y destejiendo, hasta que en esta estructura, esta consumación, las grietas se unen; ascienden, sollozan, se hunden para descansar, la pena y la alegría.

¿Por qué apenarse? ¿Qué quieres? ¿Sigues insatisfecha? Diría que todo ha quedado en reposo. Sí, ha sido dejado en descanso bajo un cobertor de pétalos de rosa que caen. Caen. Pero, ah, se detienen. Un pétalo de rosa que cae desde una enorme altura, como un diminuto paracaídas arrojado desde un globo invisible, da la vuelta sobre sí mismo, se estremece, vacila. No llegará hasta nosotros.

-No, no, no he notado nada. Esto es lo peor de la música, esos tontos ensueños. ¿Decías que el segundo violín se ha retrasado?

Ahí va la vieja señora Munro, saliendo a tientas. Cada día está más ciega, la pobre. Y con este suelo resbaladizo.

Ciega ancianidad, esfinge de gris cabeza... Ahí está, en la acera, haciendo señas, tan severamente, al autobús rojo.

-¡Delicioso! ¡Pero qué bien tocan! ¡Qué - qué - qué!

La lengua no es más que un badajo. La mismísima simplicidad. Las plumas del sombrero contiguo son luminosas y agradables, como una matraca infantil. La hoja del plátano destella en verde por la rendija de la cortina. Muy extraño, muy excitante.

-¡Qué - qué - qué! ¡Silencio!

Estos son los enamorados sobre el césped.

-Señora, si me permite que coja su mano...

-Señor, hasta mi corazón le confiaría. Además hemos dejado los cuerpos en la sala del banquete. Y eso que está sobre el césped son las sombras de nuestras almas.

-Entonces, esto son abrazos de nuestras almas.

Los limoneros se mueven dando su asentimiento. El cisne se aparta de la orilla y flota ensoñado hasta el centro de la corriente.

-Pero, volviendo a lo que hablábamos. El hombre me siguió por el pasillo y, al llegar al recodo, me pisó los encajes del viso. ¿Y qué otra cosa podía hacer sino gritar ¡Ah!, pararme y señalar con el dedo? Y entonces desenvainó la espada, la esgrimió como si con ella diera muerte a alguien, y gritó: ¡Loco! ¡Loco! ¡Loco! Ante lo cual yo grité, y el príncipe, que estaba escribiendo en el gran libro de pergamino, junto a la ventana del mirador, salió con su capelo de terciopelo y sus zapatillas de piel, arrancó un estoque de la pared -regalo del rey de España, ¿sabe?-, ante lo cual yo escapé, echándome encima esta capa para ocultar los destrozos de mi falda, para ocultar... ¡Escuche! ¡Las trompas!

El caballero contesta tan aprisa a la dama, y la dama sube la escalinata con tal ingenioso intercambio de cumplidos que ahora culminan con un sollozo de pasión, que no cabe comprender las palabras a pesar de que su significado es muy claro -amor, risa, huida, persecución, celestial dicha-, todo ello surgido, como flotando, de las más alegres ondulaciones de tierno cariño, hasta que el sonido de las trompas de plata, al principio muy a lo lejos, se hace gradualmente más y más claro, como si senescales saludaran al alba o anunciaran temiblemente la huida de los enamorados... El verde jardín, el lago iluminado por la luna, los limoneros, los enamorados y los peces se disuelven en el cielo opalino, a través del cual, mientras a las trompas se unen las trompetas, y los clarines les dan apoyo, se alzan blancos arcos firmemente asentados en columnas de mármol... Marcha y trompeteo. Metálico clamor y clamoreo. Firme asentamiento. Rápidos cimientos. Desfile de miríadas. La confusión y el caos bajan a la tierra. Pero esta ciudad hacia la que viajamos carece de piedra y carece de mármol, pende eternamente, se alza inconmovible, y tampoco hay rostro, y tampoco hay bandera, que reciba o dé la bienvenida. Deja pues que tu esperanza perezca; abandono en el desierto mi alegría; avancemos desnudos. Desnudas están las columnatas, a todos ajenas, sin proyectar sombras, resplandecientes, severas. Y entonces me vuelvo atrás, perdido el interés, deseando tan sólo irme, encontrar la calle, fijarme en los edificios, saludar a la vendedora de manzanas, decir a la doncella que me abre la puerta: Noche estrellada.

-Buenas noches, buenas noches. ¿Va en esta dirección?

-Lo siento, voy en la otra.


El texto es cortesía de Anna Feuerberg































Virginia Woolf

viernes

Astor Piazzolla







Julio Cortázar

Grageas de Rayuela I

A pedido y dedicadas a


"¿quién está dispuesto a desplazarse, a desaforarse, a descentrarse, a descubrirse?"


"Estar vivo parece siempre el precio de algo. Y vos no querés pagar nada"



"paravisiones (...)

una aptitud instantánea para salirme, para de pronto desde fuera aprehenderme, o de dentro pero en otro plano,
como si yo fuera quien está mirando
(mejor todavía -porque en realidad no me veo.: como alguien que me está viviendo)."


"En una palabra, le revienta la circunstancia."



"Cómo se repiten los juegos. Calzamos en moldes más que usados, aprendemos como idiotas cada papel más que sabido"



"Vos pensás demasiado antes de hacer nada."



"sabiendo como siempre que me costaba mucho menos pensar que ser"



"Temblando de no ser capaz de acordarme, atacado por la polilla que propone la prórroga, imbécil a fuerza de besar el tiempo"



"un rumbo cualquiera que los afirmara en ese encuentro después de tanto tiempo"



"abrirse a la cristalización del deseo"



"Sólo viviendo absurdamente se podría romper alguna vez este absurdo infinito"


Julio Cortázar

jueves

Francisco M. Ortega Palomares

Cortesía de:
ilustraciones manuales de walter conejo


 
UN VIEJO BODEGÓN

Un viejo bodegón abandonado en la basura
de escasa calidad y tosca técnica,
alguien lo repudió para que sea
pasto del reciclaje y comience otro ciclo.

Y de repente siento un pellizco dentro
y me lleno de inquietud
al preguntarme dónde quedó
el esfuerzo del artista aficionado,
su obstinación por controlar la técnica
sus horas de impaciencia
el ánimo en cada pincelada.
Dónde su amor por culminar la obra.

Y la pregunta viene a mí
como un perro a su amo:
qué fue de los besos entregados
que el tiempo borra
como el viento las huellas en la arena.
Qué del empuje y la pasión
que ardió en tantos cuerpos
ahora habitados de olvido.
Cuánto pesaron todos los sueños
soñados en la Tierra.
Dónde la pena que la gente oculta
cuando camina por las calles.

Un día cuando el ala mortal roce mi pecho
y me cunda una tristeza como de lavar platos
preguntaré dónde está todo lo que ha sido
adónde queda.
 
Francisco M. Ortega Palomares
Cortesía de Las leyes físicas


miércoles

León Felipe & Paco Ibáñez

León Felipe 
en la mirada de
Juan Larrea


Susan Sontag

Susan Sontag


Más prometedor que su conexión con la latencia es el potencial del sida como metáfora de la contaminación y la mutación. La metáfora del cáncer sigue siendo habitual para lo temible y deplorable si bien hoy la enfermedad inspira menos miedo que antes. Si un día se echa mano del sida para tal uso, será porque el sida no sólo es invasor (rasgo que comparte con el cáncer) e infeccioso, sino por la específica imaginería que rodea a los virus.
La virología proporciona un nuevo conjunto de metáforas médicas independientes del sida. Muchos años antes del sida, William Burroughs hizo la siguiente declaración oracular, de la que Laurie Anderson se hizo eco: "El lenguaje es un virus".
Y la explicación viral se invoca cada vez con mayor frecuencia.  Hasta hace poco la mayoría de las infecciones reconocidas como virales eran las que tenían efectos muy rápidos como la rabia y la gripe. Pero la categoría de infecciones virales de proceso lento está creciendo. Hoy en día se sospecha que muchas afecciones progresivas y casi siempre mortales del sistema nervioso central y algunas enfermedades degenerativas del cerebro que pueden manifestarse en edad avanzada, así como las llamadas enfermedades autoinmunológicas, en realidad son enfermedades virales lentas. (Y siguen acumulándose pruebas de que por lo menos ciertos cánceres humanos son de origen viral.) 
La idea de una conspiración se traduce muy bien en metáforas de virus implacables, incidiosos e infinitamente pacientes. Al contrario de las bacterias, que son organismos relativamente complejos, se describe al virus como una forma extremadamente primitiva de vida. Al mismo tiempo, su actividad es mucho más compleja que la que se suponía en los anteriores modelos bactéricos de las infecciones. 
Los virus no son sencillamente agentes de infección de contaminación. Transportan "información" genética, transforman las células. Y ellos mismos, en muchos casos, evolucionan. Mientras que el virus de la viruela parece permanecer constante a lo largo de los siglos, los de la gripe evolucionan tan rápidamente que hay que modificar las vacunas cada año para estar al día con los cambios de "coraza superficial" del virus. 
El virus o, más precisamente, los virus que se supone causan el sida mutan por lo menos tanto como los virus de la gripe. De hecho, virus se ha vuelto sinónimo de cambio. 
Linda Ronstadt, al explicar hace poco por qué prefiere hacer música folk mexicana que rock'n'roll, señaló: "La única tradición propia de la música contemporánea es el cambio. Tienes que mutar, como un virus".

El sida y sus metáforas, VI (fragmento), 1988
Susan sontag


Virus del sida


Lucrecio



No todos los órganos, compréndeme,
Tienen la misma importancia,
Ni depende por igual la salud de todos ellos.
Pero hay algunos, la respiración,
La cálida vitalidad, que nos tienen vivos;
Que cuando faltan quedamos moribundos.
Mente y espíritu son así partes del hombre:
Que los músicos retengan la palabra
Que les legó Helicón -o quizás
En otra parte la encontraron y aplicaron
A lo que en su oficio nombre no tenía
Me refiero a la armonía. Sea lo que sea
Devolvámosla a los músicos.


De Rerum Natura, III, 124-135
Titus Lucretius Carus
Lucrecio