Susan Sontag
Más prometedor que su conexión con la latencia es el potencial del sida como metáfora de la contaminación y la mutación. La metáfora del cáncer sigue siendo habitual para lo temible y deplorable si bien hoy la enfermedad inspira menos miedo que antes. Si un día se echa mano del sida para tal uso, será porque el sida no sólo es invasor (rasgo que comparte con el cáncer) e infeccioso, sino por la específica imaginería que rodea a los virus.
La virología proporciona un nuevo conjunto de metáforas médicas independientes del sida. Muchos años antes del sida, William Burroughs hizo la siguiente declaración oracular, de la que Laurie Anderson se hizo eco: "El lenguaje es un virus".
Y la explicación viral se invoca cada vez con mayor frecuencia. Hasta hace poco la mayoría de las infecciones reconocidas como virales eran las que tenían efectos muy rápidos como la rabia y la gripe. Pero la categoría de infecciones virales de proceso lento está creciendo. Hoy en día se sospecha que muchas afecciones progresivas y casi siempre mortales del sistema nervioso central y algunas enfermedades degenerativas del cerebro que pueden manifestarse en edad avanzada, así como las llamadas enfermedades autoinmunológicas, en realidad son enfermedades virales lentas. (Y siguen acumulándose pruebas de que por lo menos ciertos cánceres humanos son de origen viral.)
La idea de una conspiración se traduce muy bien en metáforas de virus implacables, incidiosos e infinitamente pacientes. Al contrario de las bacterias, que son organismos relativamente complejos, se describe al virus como una forma extremadamente primitiva de vida. Al mismo tiempo, su actividad es mucho más compleja que la que se suponía en los anteriores modelos bactéricos de las infecciones.
Los virus no son sencillamente agentes de infección de contaminación. Transportan "información" genética, transforman las células. Y ellos mismos, en muchos casos, evolucionan. Mientras que el virus de la viruela parece permanecer constante a lo largo de los siglos, los de la gripe evolucionan tan rápidamente que hay que modificar las vacunas cada año para estar al día con los cambios de "coraza superficial" del virus.
El virus o, más precisamente, los virus que se supone causan el sida mutan por lo menos tanto como los virus de la gripe. De hecho, virus se ha vuelto sinónimo de cambio.
Linda Ronstadt, al explicar hace poco por qué prefiere hacer música folk mexicana que rock'n'roll, señaló: "La única tradición propia de la música contemporánea es el cambio. Tienes que mutar, como un virus".
El sida y sus metáforas, VI (fragmento), 1988
Susan sontag
Virus del sida
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