La pequeña parábola
Grande como la hormiga y como la mañana,
¿eres tú la distancia, viejo cielo sin días...?
Discípulo del barro con mi presencia humana,
tu silencio me ensancha como las profecías.
Honda como los versos que la piedra se sabe
tu mirada es tan limpia como un cielo llovido.
Tu palabra no dicha viene siendo la clave
de lo que vuela a veces de mi barro dormido.
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