Dedicados al gran Eugenio,
que se emocionó tanto cuando los leyó
que se emocionó tanto cuando los leyó
Yo,
que aspiraba a ser arrebatada,
en plena juventud por un huracán de fuego
antes de convertirme en un bostezo
en la boca del tiempo,
me resisto a morir
¡Tanto esplendor y tanto desamparo!
¿Cuál fue el recuento final, el verdadero, intocable destino?
¿El que quise y no fue?, ¿el que no quise y fue?
Madre, madre,
vuelve a erigir la casa y bordemos la historia.
Vuelve a contar mi vida.
Olga Orozco
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